Internet y participación política

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  Internet es ya una parte habitual de nuestra vida. Google, el sabelotodo.

YouTube, entretenimiento. Y las redes sociales, vínculos.

¿Cómo influye este combo en la política?

Del lado de los «apocalípticos»: Robert Putnam.

Robert afirma que no solo internet no modifica la lógica de participación, sino que tiene un efecto negativo en esa participación.

El negativo señor Putnam (influenciado por Tocqueville en sus teorizaciones) basa su posición en que internet no fomenta la creación de capital social.

Antes de seguir -> Capital social: características de la organización social (redes + normas + confianza) que facilitan la coordinación y cooperación para un beneficio mutuo, facilita la vida y permite aunar el interés individual con el general. Un elevado nivel de capital social se asocia a mejores resultados (sociales, políticos y económicos).  Redes -> asociaciones voluntarias (y vaya que yo encuentro acá una contradicción).

Volvamos. Para este autor existen dos clases de capital social:

  • El capital vínculo: socialización con semejantes (por edad, raza, religión, etc.).
  • El capital puente: vinculación con gente distinta a uno.

Putnam sostiene en «Bowling Alone», que internet sustituye a las relaciones interpersonales y su función y uso es, fundamentalmente, para actividades recreativas. Al conectarnos con semejantes, siguiendo intereses comunes y objetivos similares, se disminuye el capital puente.

En el otro rincón están los que, como Margolis y Resnick, apuestan a que internet intensifique la participación de los que ya participaban (tesis de la normalización o del refuerzo). Es decir, plantean una evolución en el uso de internet, donde los usuarios (luego de un periodo de experimentación) hacen en este ámbito, lo mismo que hacen de forma presencial, reforzando su participación política.

En una postura más positiva aún, como Delli Carpini, Ward, Gibson, Luso y la Sil Mann, están seguros de que no solo tendrá un efecto positivo en la participación. sino que movilizará a individuos hasta hora indiferentes a la participación política tradicional, generando grupos nuevos de personas que se habían mantenido al margen del cualquier proceso de participación política. De hecho, las últimas investigaciones (y mi propia experiencia como asesora en comunicación política) encuentran que internet aumenta las actividades no convencionales de participación como protestas, boicots (de consumos, los tan polémicos «escraches», convocatorias a manifestaciones, etc.) y que este aumento de las formas no convencionales de participación se debe a individuos críticos usuarios de internet y a individuos que tradicionalmente han participado, pero que encontraron en internet una forma más de participación.

 

Otros estudios, destacan que el uso de internet está movilizando a grupos que tradicionalmente han participado con niveles muy inferiores como mujeres y jóvenes, por ejemplo.

Como sociedad, nos estamos «reorganizando» en varios aspectos. La participación política no es ajena a esta organización. Al fin y al cabo, sin política no hay contexto para organización social (¿o sí?).