El secreto del #engagement

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El secreto del engagement

En #socialmedia hay una palabrita muy de moda

y que se supone es el secreto del engagement: storytelling.

 

Y claro que es así, pero en política, nos estamos pasando para el otro lado. Hasta hace poco nos quejábamos de que los políticos utilizaban las redes solo como agenda de actividades y no se mostraban como personas. Hoy todos nos cuentan sus recorridos:

«Estuve en el Barrio XX, tomamos unos mates con Martita…».
«Ayer nos encontramos con los vecinos de XX, Juan nos contó que…».
En definitiva, todos están haciendo lo mismo sin un factor de diferenciación.

Hablemos un poquito de storytelling

No hay que ser un genio para descubrir que se refiere a la vieja y querida narración. Por supuesto, no es un recurso nacido de la tecnología. La mayor parte de la transmisión de la cultura se ha dado de boca en boca, es decir, a partir de la reproducción de historias de los ancianos a los jóvenes. Con la llegada de las tecnologías, a estos relatos se le fueron agregando recursos: la escritura, las imágenes, los sonidos, etc.

Como persona pública, deberíamos tener en claro que toda acción de comunicación tiene como objetivo añadir valor, es decir, tiene que contribuir a la formación de mi imagen y el objetivo final que persigo. Por eso, nuestras historias tienen que cumplir ciertos requisitos (obviamente, estas características están interconectadas):

Relevancia

La historia tiene que ser importante tanto para la estrategia planteada como para el público objetivo ¿Qué es esto? Algo distinto y no más de lo mismo.

Atracción

Tiene que ser contada de forma amena, sencilla, potente y corta (no hilos interminables de 35 tuits, por ejemplo). Debe ser impactante. Acá entran en juego los recursos: ¿uso texto?, ¿una imagen?, ¿impactará más un video?, ¿y si planteo un juego? ¿O un chiste? Vamos a contar experiencias y deben ser tan fuertes como para que nadie las olvide.

Adaptable

Debería ser posible contarlas en cada uno de los activos digitales que hemos elegido para nuestra estrategia, adaptadas a las reglas y modos de uso de cada red.

Emocional

La historia tiene que ser empática y simpática. No, no, no es lo mismo. La empatía es la habilidad para entender los sentimientos del otro, me implico hasta sentir lo mismo. La simpatía es la habilidad para reconfortar al otro ante una situación, es decir, descubro lo que siente el otro y trato de hacerlo sentir bien.

Nuestras historias tienen que despertar sentimiento, conectar con el corazón.

¿Cuánto de todo esto? Sentido común.

¿Se acuerdan de esa tanda de tuits y posteos cuando asumió el gobierno de Cambiemos donde todos iban de compras o hacían tareas de gente común? Bueno, no solo tengo que ver que mi estrategia me acerque a cumplir los objetivos propuestos, también tengo que ver qué hacen los demás para no hacer lo mismo y poder diferenciarme si no, no sirve para nada.

Volvamos al valor: no se trata de emular a Landriscina y ser el mejor contador de anécdotas, se trata de buscar las mejores historias para alcanzar nuestros objetivo.