Teorías conspirativas han existido desde la época de las cavernas. Conspiraciones reales, también. La diferencia entre una y otras es que, las reales, terminan siendo refutadas por estudios. Las teorías se mantienen en el tiempo, se difunden constantemente en oleadas periódicas y producen mucho más daño.
Stephan Lewandowsky (jefe de Psicología Cognitiva de la Universidad Bristol) y John Cook (profesor investigador del Centro for Climate Change Communication de la Universidad George Mason) trabajaron en una guía para detectar este tipo de pensamientos, contrarrestar la desinformación científica y las teorías de la conspiración.
Los investigadores explican que el pensamiento conspiranoico se caracteriza por ser extremadamente escéptico de cualquier información que contradiga su teoría aunque haya evidencia y muestran 7 rasgos distintivos:
1 – Contradictory: sí pero no.
Una persona con pensamiento conspiranoide cree en varias ideas que hasta son contradictorias. Su posición es tan radical frente a una versión oficial que no les importa si en su sistema de creencias dos o más ideas chocan. Por ejemplo, en el video Plandemic, el virus provino de un laboratorio de Wuhan y al mismo tiempo dicen que todos tenemos el virus inoculado por una vacuna y que se activa al utilizar la máscara.
2 – Overriding suspicion: la sospecha como guía.
Cualquier información oficial resulta sospechosa y cualquier evidencia científica que no encaje en su teoría de conspiración puede ser falsificada. O peor, que cualquier organismo que difunda evidencia, está siendo parte de la conspiración.
3 – Nefarious intent: seres del mal.
Los conspiradores son malignos, no importa si es científico, funcionario o director de una ONG que cuida panditas bebés, su intención siempre es matar miles de algo para ganar camiones de dólares.
4 – Something must be wrong: todo mal.
Aunque pueden cambiar de opinión porque la teoría de la conspiración es insostenible, mantienen la duda e insisten en que siguen queriendo engañarlos.
5 – Persecuted victim: pobrecito yo.
Los conspiranoicos se perciben y se presentan como víctimas del sistema y se muestran como los valientes que salvarán al mundo.
6 – Inmune to evidence: no te escucho, no te escucho.
Difícilmente, cambien de opinión. Si encima, no hay evidencias, la falta de datos alimenta la teoría porque los malvados las ocultaron.
7 – Re-interpreting randomness: nada es un accidente.
Ven patrones en todas partes y pretenden conectar puntos reinterpretando eventos aleatorios.
¿Cómo combatimos las #fakenews? Con pensamiento crítico.
Por aquí ya habíamos contado los pasos para analizar una noticia sospechosa que coincide con lo que plantean los autores de la guía.